Tom McLaughlin
Se autodefine como un ilustrador y autor disléxico. Reconoce que es una forma de ver y vivir la vida poco corriente, pero llena de genialidad. En este punto, McLaughlin se muestra categórico: hay que asumir la dislexia sin miedo. Sin embargo, alerta de que a nadie se le ocurra presentarse a su estudio con un bolígrafo rojo para empezar a marcar errores, porque ¡él lo lanzará inmediatamente por la ventana!
Tom siempre ha tenido una relación especial con las palabras; cuando escribe, éstas van y vienen, como si tuvieran existencia propia, pero eso no impide en absoluto que sea capaz de imaginar y crear sus originales historias.
McLaughlin trabajó durante diez años como caricaturista político para un periódico regional del Reino Unido. Actualmente se dedica a la escritura y realizar ilustraciones y animaciones. Vive en el condado de Devon con su mujer y sus hijos. Le encanta tocar el ukelele, beber mucho té y pasar la mayor parte del tiempo con su familia.
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